¿Sabías que los juegos no sólo son divertidos, sino que también pueden ayudarte a entrenar el cerebro y la motricidad fina? La motricidad fina es la habilidad que necesitamos a diario para hacer pequeños movimientos y completar pequeñas tareas, como coger una cuchara para tomar sopa o abrocharse los pantalones. Es más o menos la conexión y coordinación entre el cerebro y nuestra fuerza muscular. A veces, niños y adultos necesitan un poco de ayuda para afinar su motricidad fina. ¡Y qué mejor manera de hacerlo que con juegos que también hacen cosquillas al cerebro!
¿Por qué practicar la motricidad fina?
Cuando tú o tu hijo no podéis o ya no sois capaces de realizar pequeñas tareas debido a una motricidad fina insuficiente, eso os resta un poco de autonomía. No poder atarse los zapatos, por ejemplo, puede disgustar o frustrar a adultos o niños. Al practicar la motricidad fina, se mejora la independencia y la confianza de la persona. También ayuda a mejorar la coordinación mano-ojo y se dice que mejora el rendimiento académico de los niños en el futuro. Ejemplos de pequeñas tareas que requieren motricidad fina son lavarse los dientes, pasar un hilo por una aguja, utilizar cubiertos, escribir a máquina, …
Diversión y juegos para entrenar la motricidad fina y el cerebro
Una forma divertida de entrenar la movilidad, la fuerza y la coordinación de los dedos y las manos es jugar a juegos de mesa. Para los más pequeños Los tres cerditos Deluxe o Caperucita roja Deluxe pueden ser la solución.
Los tres cerditos Deluxe es un juego para niños en edad preescolar en el que los niños tienen que utilizar la motricidad fina (movimientos de agarre) para colocar los animales en el tablero de juego y colocar cuidadosamente las casitas sobre los cerditos para protegerlos del lobo. Este juego de puzle también ejercita la lógica, la planificación y la visión espacial. El juego incluye un libro de cuentos extra. Pasar las páginas de los libros es también una herramienta perfecta para mejorar la motricidad fina.
Para los adultos, la gama IQ puede suponer una práctica divertida. El IQ Puzzler Pro o el IQ Six Pro, por ejemplo, son dos juegos en los que puedes jugar tanto a retos en 2D como en 3D. Colocar las piezas del puzle requiere el uso de la pinza, y completar los retos en 3D requiere coordinación mano-ojo. Si las piezas del puzle son demasiado pequeñas, siempre puedes optar por IQ Puzzler Pro XXL, una versión extragrande de IQ Puzler Pro con 188 desafíos. Los 3 juegos ponen en práctica la percepción espacial, la concentración y la capacidad para resolver problemas.