Del mismo modo que lo hacemos los adultos, el comienzo de un año nuevo es el momento perfecto para que los niños establezcan sus propias metas y propósitos. La satisfacción personal que les genera darse cuenta de que pueden cumplir pequeños retos es muy importante para su autoconfianza y crecimiento personal. Como padres y adultos, también es nuestro deber ayudarles en este proceso tan nuevo para ellos. ¡Te contamos cómo!
Tener un objetivo, comprometerse con él y darse cuenta de que puede conseguirlo es una sensación que todo niño debería sentir. Ir cumpliendo pequeños retos es una manera de trabajar con los niños su perseverancia, su resistencia a la frustración y su autoconfianza.
No se trata de cargar a los niños de responsabilidades ni metas imposibles que les hagan frustrarse consigo mismos por no conseguirlas, sino de ayudarles a elegir objetivos alcanzables con los que se sientan ilusionados y que les den aún más ganas de afrontar nuevos retos. A continuación, te damos algunas claves:
1. DÉJALES TOMAR SUS PROPIAS DECISIONES, PERO GUÍALES EN EL PROCESO
Es importante que el niño comience a tomar sus propias decisiones. Por muy pequeñas que sean, el hecho de ir planteándose mini retos personales lo mantendrá motivado y con ganas de superarse a sí mismo.
Pero en este paso, también debemos guiarles para que ellos mismos se marquen unos objetivos positivos y alcanzables acordes con su edad, recursos y posibilidades. Los niños pequeños aún no comprenden ciertas cosas por lo que es crucial escucharles para saber su perspectiva y ayudarles a entender las cosas para que se planteen metas y objetivos realistas y alcanzables. Si sus objetivos no cumplen esta última característica, se frustrarán desde el momento en que se den cuenta de que no conseguirán el objetivo.
Habla con ellos y pregúntales hasta dónde quieren llegar, cómo quieren hacerlo y cuándo. El hecho de tener un límite temporal en el tiempo les mantendrá con las energías activas para conseguirlo.
2. NO LES PROHIBAS OBJETIVOS
Muchos expertos recomiendan no prohibir o limitar en la medida de lo posible a nuestros hijos en las metas y propósitos que se planteen, así evitaremos reprimir su toma de decisiones.
Como comentábamos en el punto anterior, en caso de que se planteen objetivos que parezcan inalcanzables, se debe tratar con delicadeza, hablando con ellos al respecto para hacerles ver la situación. Los objetivos tienen que estar al alcance de sus posibilidades.
3. TRAZA UN PLAN
Todo gran objetivo siempre puede dividirse en pequeñas acciones. Ayúdale a preparar un plan de acción para que el objetivo no le parezca tan complicado de alcanzar. Por ejemplo, si su propósito este año es aprobar todo el curso, puede dividir la meta en diferentes pasos. Esto le ayudará a no ver tan enorme el objetivo principal, y desglosarlo en tareas reales: A) Hacer resúmenes de cada tema con antelación para estudiar. B) Repasar todos los temas de cada asignatura dos horas a la semana. C) Estudiar con una semana de antelación antes de cada examen.
4. DALES APOYO VALORANDO CADA PEQUEÑO LOGRO
Debemos valorar los logros de nuestros hijos para que sientan el apoyo que tienen por parte de sus padres. No se trata de darles un premio por cada cosa que hagan, sino mostrarle nuestro respaldo para que sepan que nos importa que alcancen sus metas. Cada logro, por pequeño que sea, les llevará a conseguir su objetivo final.
5. HÁBLALES DE LA FRUSTRACIÓN
Algunos objetivos son más complicados de alcanzar que otros y es algo que para los niños puede resultar frustrante. Por ello, es importante preparar a nuestros hijos para este tipo de situaciones y para que entiendan que cada cosa que no nos sale como esperábamos es también una oportunidad para mejorar y aprender de ello.
6. DA EJEMPLO
Los padres somos el modelo a seguir para nuestros pequeños, por ello debemos ser su referente para que, por medio de la observación, aprendan de manera inconsciente la forma correcta de comportarse. Si ven que nosotros también nos frustramos ante cada pequeño obstáculo del día a día, adoptarán este comportamiento y se frustrarán ellos también por cada pequeño problema que les surja en el proceso.
7. ENSÉÑALES A SER CONSTANTES
Desde pequeños se debe aprender a ser constante y perseverante en todo aquello que queramos conseguir. Enseñar a los pequeños a no tirar la toalla es algo fundamental para su desarrollo personal. Un buen ejemplo para enseñarles esto está en las tareas del cole: si terminamos nosotros sus deberes cuándo ellos no saben hacerlos, entenderán que siempre habrá alguien que podrá solucionar todo por ellos sin esfuerzo.
8. MIRA SIEMPRE EL LADO BUENO
Debemos ser positivos para animar a nuestros hijos. Somos su referente para enseñarles a cómo plantear y alcanzar sus metas y por ello, se hace necesaria una visión optimista y realista de las cosas. Nunca hay que menospreciar las metas que se planteen nuestros pequeños, es importante enseñarles a pensar en positivo para animarles a conseguir lo que se propongan.
9. ¿Y EL PREMIO?
Muchas veces motivamos a nuestros hijos dándoles premios y regalos materiales que no siempre tienen algo que ver con el objetivo que han conseguido. Es muy importante que ayudemos a nuestros hijos a ver todo lo positivo que tiene para su vida haber alcanzado ese objetivo en lugar de centrarnos sólo en premiarles por ello.
Por ejemplo, si les queremos motivar a que aprueben el curso, es fundamental que sepan por qué es importante que aprueben el curso en beneficio de ellos mismos (para después alcanzar futuros objetivos profesionales, etc.), y no sólo para que consigan nuestro premio.
¿Qué objetivos se pondrán tus peques este año?